Concurso Biblioteca Central del Campus de Vicálvaro Universidad Juan Carlos I
Madrid

Proyecto: 1999
Superficie: 11.120 m²

«Tres eras de bibliotecas han existido desde el primer encuentro espacial del hombre con la escritura.
La primera nace con la escritura y termina con la invención de la imprenta.
La segunda se extiende hasta la Revolución Industrial.
La tercera finaliza con la generalización de la comunicación informática.
La cuarta era está comenzando»

El comienzo de esta «cuarta era» de la Biblioteca se ilustra con reflexiones como esta de F. Galiano, donde si bien se constata la nueva realidad del ocio y las telecomunicaciones, también se mira con esperanza la respuesta de la arquitectura y la necesidad de albergue para una actividad que, si bien el soporte evoluciona, no deja de ser un quehacer intelectual, que asociamos con lugares tranquilos, bien iluminados y donde no sólo las cualidades físicas de los materiales amortiguan el ruido, sino que la proporción y la cualificación de los espacios, el tratamiento de la luz natural y las vistas, la textura y color de los materiales próximos nos invita a la concentración y el sosiego.

La situación del edificio, con fachadas al campus y también a la ciudad, nos lleva a diferenciar su volumetría según el programa a desarrollar y la simbología de las proporciones. El edificio tiene dos zonas que se expresan al exterior de forma diferente. Básicamente el volumen principal, compuesto por tres naves, aloja las salas de lectura. El cuerpo secundario, es de sólo dos plantas y mira hacia el campus. Resuelve el programa más «doméstico» de aulas, gestión, salón de actos y archivo.

Las tres naves flotan sobre un soportal acristalado que aloja el vestíbulo y la Hemeroteca. Esta disposición intenta hacer fluida la relación del campus con el edificio y mostrar a la ciudad el elemento más simbólico. Las tres naves, iluminadas cenitalmente de forma suficiente y uniforme, abren algunos huecos a fachada en busca de vistas lejanas. La expresividad de los mismos es símbolo de la modernidad y su medida transparencia permite al viandante intuir la actividad de su interior.

Las naves, de fácil acceso, alojan en su planta principal las salas de lectura de los estudiantes, reservando para tercer ciclo y profesorado las entreplantas, más tranquilas.